Finalmente
llegó el día más temido,
Es
momento de que emprendas un nuevo rumbo,
Uno
en el que no hago parte de tu mundo,
Fueron
momentos hermosos los que pasé a tu lado,
Extensas
conversaciones hasta la madrugada,
En
el que te desnudaba mi alma,
Y
tú sabías adoptarla en tu morada.
Este
es el adiós,
No
sé cuando nuestros caminos se crucen nuevamente,
Tal
vez pasen años hasta ese entonces.
La
despedida aunque dolorosa es inevitable,
Ha
llegado el momento de que te marches lejos,
Un
océano estará de por medio,
Miles
de kilómetros separarán nuestros cuerpos,
Pero
tu recuerdo siempre estará en un rinconcito de mi corazón.
Como
amor platónico te bauticé una vez,
Ahora
con tu partida solo reafirmarás el porqué así te nombré,
Mi
amor perfecto,
Aunque
nunca fue consumado.
Me
duele aceptar que te vas para siempre,
Pero
debo aceptar que así lo decidiste,
Prometiste
buscarme si regresarías,
Pero
hasta que llegue ese día,
Debo
recrear un encuentro imaginario
En
el que alimente mi esencia con tu ausencia.
Sananvasca*
Esa semilla que nace dentro, de amor...de ternura...se evapora en una nube de un adiós que duele dentro y crea un abismo...
ResponderEliminarme encanta como escribes...besitossss.
Gracias Aradia, y sí tienes razón, empieza por una semilla que va creciendo hasta convertirse en un árbol frondoso de recuerdos, pero eso es lo que hace bello a la ausencia de esa persona, así no se siente tan fuerte el dolor. Un abrazo.
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