Imagen tomada de: http://www.mnkstudio.com/blog/wp-content/uploads/2008/12/laberinto-cordes-sur-ciel-41.jpg
Atraviesas un enorme laberinto,
Al fin llegas a mí, pero aquí no te siento,
Lo sé, aún no me has perdonado,
Sólo viniste porque te sentiste obligado,
Pero ahora te encuentras frente a mí,
Con una mirada perdida en el pasado,
Mis intentos de mirarte a los ojos son en vano,
No los respondes, de repente parpadeas
Y vuelves la mirada; encuentro miedo, dolor, tristeza,
Mis ojos brillan por ver esa mezcla de sentimientos;
Te pido que tomes mi mano,
Tú lo haces, pero estás frío; extraño ese calor
Que brotabas con tan sólo un abrazo.
Ahora nuestras manos están enlazadas,
Nuestros ojos mantienen su brillo y mirándose unos a otros,
Sueltas mis manos y me llevas contra tu pecho,
Nuevamente siento ese calor que tanto extrañaba,
Repentinamente susurro un perdóname a tu oído izquierdo,
Y escucho tu voz diciéndome “te quiero”
Acaricias mi rostro con una rosa, mientras cierro mis ojos,
La llevas hasta mi cuello y la subes a mis labios,
Te detienes y yo despierto mi mirada
De un sueño hecho realidad;
Te pido que me beses como si fuera la primera vez,
Tenía ese recuerdo en mi mente y quería que se cumpliera,
Pero cuando vi que tus ojos se cerraron y se acercaron
A mis labios, viví el mejor momento de mi vida,
Tener de nuevo esa experiencia, aunque mejor que la primera.
Luego besé tu frente y de nuevo acariciaste mi rostro,
Pero esta vez con tus manos, las que habían recuperado su calor,
Volví a tu mirada y esta ya no tenía dolor, ni miedo ni tristeza,
En ella se reflejaba un profundo amor y una sensación inmensa
De quedarte allí conmigo por siempre;
Mirándote fijamente te dije:
“Yo te juro que no miento cuando digo que te quiero”
Me besaste otra vez, pero desperté
De aquel sueño tan hermoso.
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