Bebe mi
sangre y sacia tu sed,
Te pregunté
qué eres,
Y una
sonrisa brotó de tu ser.
Entra en mi
mente,
Lee mis
pensamientos,
Conoce lo
que pienso,
Hazlo, sólo
si puedes.
Ya sé lo
que quieres,
Quieres mi
alma,
Porque aún
pura se conserva.
Tienes
hambre de mi esencia,
Y sed de mi sangre,
Come y bebe
si eso te satisface.
Pero
mientras lo consigues,
Sólo
confórmate con saborear,
Ésta alma
que aún no puedes devorar,
Y esta
sangre que no has de beber.
Cierra los
ojos,
Imagina el
sabor en tu paladar
Recórrelo
por todos tus dientes,
Y después
bajando por el esófago,
Mientras tu
lengua limpia lo que quedó en tus labios.
Aún no lo
consigues,
No sé que
pase cuando lo hagas,
¿Me dejarás
vivir?
¿Aun cuando
tengas tanta hambre y tanta sed?
Dices que
sí,
Pero, no
confío del todo en tu apetito,
Sólo es
cuestión de conseguir el permiso
Para
ingresar y romper el hechizo
Y poner fin a tan largo
martirio.
Sananvasca*
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