fui al parque y en lo más alto
contemplé la grandeza del humano,
vi niños jugando con pelotas hechas de papel,
ancianos amorosos agarrados de la mano,
animales siendo alimentados por personas de la calle.
La humanidad tiene futuro, pensé...
Y unos brazos cálidos rodearon mi cintura,
un aliento fresco corrió en mi cuello...
Y una voz a mi oído que decía...
Recuerda que no estás sola...
Giré mi cuerpo, vi sus ojos y encontré la paz que estaba buscando,
rompí en llanto y me sumergí en sus brazos,
un abrazo suyo hacía mejor efecto que cualquier antidepresivo.
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